Eliminar las cicatrices es, probablemente, una de las cuestiones más recurrentes en lo referente al cuidado y mejora de la piel.
Estas marcas son testimonios visibles en nuestra piel de un proceso de curación tras una lesión. Aunque el tratamiento de las cicatrices ha avanzado considerablemente, la posibilidad de eliminarlas de forma definitiva depende de varios factores, como el tipo de cicatriz, su ubicación, tamaño, y la manera en que reacciona la piel a los diferentes tratamientos. Aunque no siempre es posible eliminarlas completamente, existen métodos para reducir su apariencia y mejorar la textura de la piel, haciendo que las cicatrices sean menos notorias.
Aunque la pregunta puede parecer simple, ya hemos visto que su respuesta puede adquirir una gran profundidad. Como factor esencial, requiere de un enfoque individualizado, ya que según el tipo de cicatriz deberemos aplicar tratamientos adecuados a ese caso concreto.
Algunos de estos procesos incluyen tratamientos tópicos, procedimientos quirúrgicos o terapias con láser, entre otros. Su elección dependerá de la evaluación del profesional al cargo del caso, bien un dermatólogo o un cirujano plástico.
Por supuesto, también influye en gran medida los deseos y expectativas del paciente.
Podemos diferenciar diferentes tipos de cicatrices dependiendo de la manera en la que se han originado, sus características y manera de tratarlas.
Conocer el tipo de cicatriz es fundamental para determinar el tratamiento correcto. A continuación, se presentan los tipos de cicatrices más comunes y cómo se forman:
En este tipo de cicatrices, en la zona de la herida, se forma un área en el que hay un exceso de tejido fibroso. Se caracterizan por ser elevadas, rojizas o moradas, e incluso pueden llegar a crecer más allá de la zona colindante a la herida original. Por desgracia, en ciertas ocasiones, puede llegar a ser dolorosa o pruriginosa
Este tipo de cicatriz puede tratarse con inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación y aplanar la cicatriz o con sesiones láser para mejorar su textura y color. También, su tratamiento con enzimas recombinantes ofrece un proceso sin efectos secundarios que rejuvenece, repara y revitaliza la piel.
Este tipo de cicatrices pueden variar desde pequeñas depresiones en la superficie de la piel hasta cicatrices mucho más profundas y angulares.
Entre los tratamientos más eficaces encontramos los peelings químicos, que remueven las capas superiores de la piel para promover una regeneración más suave y estética. También podemos optar por la microdermoabrasión, muy efectiva para marcas superficiales, rellenos dérmicos o la terapia con láser ablativo, una opción cada vez más popular que favorece la regeneración de la parte más superficial de la piel, logrando una mejor en su textura y apariencia.
En este caso, la cicatriz es el resultado de accidentes o lesiones. Por similitud, comparte algunos tratamientos con las cicatrices por cirugía. Algunas opciones para mejorar su estado van desde tratamientos tópicos hasta otros más invasivos como cirugía correctiva.
Estas marcas son el resultado de incisiones quirúrgicas y, con el tiempo, la apariencia puede mejorar. Algunas de las prácticas para optimizar este cambio y reducir su visibilidad incluyen masajes, terapia con láser vascular o ablativo para mejorar la coloración y aumentar la suavidad o la aplicación de silicona en gel, entre otras opciones.
Cuando ha pasado mucho tiempo desde la creación de una cicatriz, su tratamiento resulta más complicado de lo normal debido a este paso del tiempo. Para intentar mejorar su apariencia, se suele aplicar una combinación de diversas terapias.
Por ejemplo, los ya mencionados peelings químicos, dermoabrasión, enzimas recombinantes, terapia con láser o microneedling, el cual emplea agujas para estimular la regeneración cutánea.
Para suprimir cicatrices de tipo quirúrgico debemos recurrir a diferentes opciones como las láminas de silicona o geles que ayuden a mejorar la cicatrización. Si la situación lo requiere, existen métodos mucho más invasivos que pueden lograr minimizar el tamaño de la cicatriz y suavizar la zona, como la revisión quirúrgica o la terapia con láser.
La terapia con láser es un método invasivo, pero efectivo a la hora de tratar cicatrices. Algunas de las ventajas que encontramos a través de esta opción son:
Debe ser el profesional a cargo del caso quien determine qué tipo de terapia con láser es la más adecuada para cada paciente según las características cutáneas de cada uno.
El uso de enzimas recombinantes es una opción innovadora y a tener en cuenta a la hora de tratar y eliminar cicatrices, ya que cuenta con una serie de ventajas a destacar.
Gracias a técnicas pulidas de tecnología molecular, se obtienen enzimas en grandes cantidades y de una pureza extrema. Además, estas enzimas actúan únicamente en la zona afectada y, sobre todo, no producen efectos secundarios, haciéndolas una opción óptima en una gran diversidad de casos.
Existen remedios naturales y caseros que, aunque no eliminan las cicatrices por completo, pueden ayudar a suavizarlas y mejorar su aspecto. Aquí exploramos algunos de los más populares:
El aceite de rosa mosqueta es rico en antioxidantes y ácidos grasos que pueden regenerar la piel. Aplicarlo diariamente sobre la cicatriz ayuda a reducir su apariencia. La vitamina E también puede aplicarse directamente o ingerirse en forma de suplemento, ayudando a la piel a regenerarse desde dentro.
El gel de aloe vera es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y regeneradoras. Aplicarlo sobre la cicatriz, dejarlo actuar por 30 minutos y luego enjuagar, es una técnica sencilla y eficaz para suavizar cicatrices con el tiempo.
La mezcla de miel y limón es un remedio natural para aclarar las cicatrices. La miel tiene propiedades curativas, mientras que el limón ayuda a exfoliar la piel. Se debe evitar la exposición al sol después de aplicar este remedio, ya que el limón puede hacer que la piel sea más sensible a la luz solar.
Para cicatrices hipertróficas y queloides, las inyecciones de corticoides pueden reducir la inflamación y el tamaño de la cicatriz. Es un tratamiento realizado en clínicas dermatológicas y requiere seguimiento médico.
Además de los tratamientos, existen medidas preventivas para reducir la aparición de cicatrices o mejorar su aspecto inicial.
Mantener la piel hidratada ayuda a que la cicatriz se suavice y se regenere más rápido. Aplicar cremas hidratantes y beber suficiente agua es esencial para mejorar el proceso de cicatrización.
La exposición al sol puede hacer que las cicatrices se oscurezcan y se vuelvan más visibles. Es recomendable usar protector solar de amplio espectro en las cicatrices o cubrirlas para evitar daños por los rayos UV.
Es importante resistir la tentación de rascar o manipular una cicatriz, ya que esto puede empeorar su apariencia y retrasar el proceso de cicatrización.
Eliminar cicatrices puede ser un proceso largo y, en ocasiones, costoso, pero existen múltiples métodos, desde remedios caseros hasta tratamientos médicos avanzados, que pueden ayudar a mejorar el aspecto de la piel. Lo fundamental es conocer el tipo de cicatriz y seleccionar el tratamiento adecuado. Además, la prevención, mediante una buena hidratación y protección solar, juega un papel crucial para mejorar el resultado final y reducir la aparición de futuras cicatrices.
Como hemos podido ver, las casuísticas a la hora de tratar y eliminar cicatrices son muy variadas y dependen de una larga lista de factores: el origen de la cicatriz, el tipo de paciente, la ubicación o el tamaño, entre muchos otros.
La única variable que debe ser fija, sin importar el caso, es la consulta a profesionales cualificados que sepan enfocar de manera óptima cada situación. Solo así se logrará realmente alcanzar los resultados esperados.
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